Oraciones para diversas circunstancias

13 PROVIDENCIA DE MI DIOS

(de una oración de Juan Mª de la Mennais)

Providencia de mi Dios, oh Madre que tanto amamos. Providencia siempre tan buena, tan sabia y tan llena de piedad y amor, te adoramos, te bendecimos, nos abandonamos en tus manos sin reserva. Haz de nosotros todo lo que quieras. Sólo deseamos cumplir tu voluntad en todo: en las humillaciones y en las grandezas, en la pobreza y en la riqueza, en la salud y en la enfermedad, en la vida y en la muerte.

Providencia de mi Dios, vela sobre tus hijos, afiánzalos, dirígelos. Sé tú su defensor y su guía, su luz y su consejo, su consuelo y su tesoro, su alegría y su esperanza.

¡ Dios solo en el tiempo, Dios solo en la eternidad !


14 ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO.

Espíritu Santo, tú que eres desde siempre el Dueño del imposible, ven para realizar en nosotros lo que es posible para ti: haz vivir lo que muere, haz nacer lo que germina, haz madurar lo que cayó en tierra. Sé en nosotros el Espíritu del Padre: ven a convencernos dar nuestra vida y colaborar en la obra de la creación.
Sé en nosotros el Espíritu del Hijo: ven a enterarnos a pasar por la Cruz para abrir el camino de tu Reino y a vivir en la confianza las pruebas como las alegrías.
Estés en nosotros el Espíritu de santidad que nos inicia la generosidad del Padre, la fidelidad del Hijo, el coraje de los apóstoles y a alabanza de Marie.


15. ORACIÓN POR LAS VOCACIONES.

Espíritu Santo, enciende aún hoy el corazón de los jóvenes para que, dejando todo por seguir a Cristo, descubran la verdadera alegría de los discípulos.

Envíalos en medio de sus hermanos, al servicio del Pueblo de Dios.

Envíalos en medio del mundo, hombres y mujeres de corazón apostólico.

Envíalos más allá de las fronteras, como testigos devorados por el celo misionero.

Envíalos al silencio del desierto, buscadores apasionados del Dios vivo.

Espíritu de amor, concede a todos estos jóvenes el coraje a responder a la llamada del Padre, de la iglesia y del mundo.

Y que María, humilde sierva del Señor, entregada a tu Soplo de libertad, los acompañe en este camino de luz y de vida.


16. SAN JUAN BAUTISTA, NUESTRO MODELO.

Oración inspirada de las Intercesiones de la fiesta de la Natividad de Juan Bautista

Señor Jesús, Tú enviaste a Juan delante de ti para que anunciara tu venida.

Por ti, a la voz de María, él se estremeció en el seno de Isabel.
Cólmanos de la alegría del Espíritu viniendo hoy a nosotros.
Con la palabra y con su vida, Juan nos mostró un camino de conversión. Concédenos que nos parezcamos a él por una vida totalmente entregada.

Juan Bautista reconoció en ti al Cordero de Dios venido para salvar al mundo. Qué tu Espíritu modele en nosotros a su imagen y haga de nosotros hermanos.

Juan, como hombre, te anunció con las palabras de los hombres. Pon en nuestros labios las palabras que anuncian tu Buena Nueva.

Juan decía: » Es preciso que él crezca y yo disminuya «. Haz que encontremos en él el modelo de educador al que tú nos llamas junto a los jóvenes.


17. HERMANOS Y LAICOS MENESIANOS AL SERVICIO DE LOS JOVENES.

Padre BUENO, te alabamos haber inspirado a Juan Maria de la Mennais y a Gabriel Deshayes, la creación de nuestro Instituto para la evangelización y la educación de los niños y de los jóvenes.
Haz que a su continuación, hermanos y laicos » menesianos » se ponen generosamente al servicio de los jóvenes, particularmente de los más pobres.

Qué con tu ayuda, den a cada uno la posibilidad de desarrollar el mejor de él mismo.
Que sean testigos alegres y entusiastas de tu Hijo venido para salvar el mundo.

Dales a ser discípulos inventivos y fieles, generosos y humildes y animados del fuego de la esperanza y unidos por el lazo del amor fraternal.


18. ORACIÓN MISIONERA.

Ô mi Salvador, por tu entera potencia y tu misericordia infinita, que sea cambiado y transformado en ti!
Qué mis manos sean tus manos.
Qué mis ojos sean tus ojos.
Qué mi lengua sea tu lengua.
¡ Qué mis sentidos y mi cuerpo sirvan sólo para glorificarte!
Pero sobre todo, transfórmame: ¡ qué mi memoria, mi inteligencia, mi corazón, sean tu memoria, tu inteligencia y tu corazón!
Qué mis acciones y mis sentimientos sean semejantes a tus acciones y a tus sentimientos.

Amen.

De St Jean-Gabriel Perboyre, mártir de China


19. Señor, hazme un instrumento de tu paz

Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.
Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.
Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.
Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.
Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.
Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.
Que allá donde desesperación, yo ponga la esperanza.
Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.
Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.

Oh Señor, que yo no busque tanto ser consolado, cuanto consolar,
ser comprendido, cuanto comprender,
ser amado, cuanto amar.

Porque es dándose como se recibe,
es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo,
es perdonando, como se es perdonado,
es muriendo como se resucita a la vida eterna.