Referentes espirituales inspirados en Juan Mª de la Mennais.
7 claves para alimentar nuestra vida interior hoy.
Cautivados por Cristo y su Palabra.
Somos el centro de una historia de amor. El espíritu y la vida de Cristo han dado un vuelco a nuestra vida. Hemos sido elegidos para gozar de una alegría sin fin. La oración vivida -solos o en Comunidad- brota de nuestra intimidad con el Padre y de la escucha de la Palabra.
Ángeles de la guarda entre los niños.
Enviados a los niños y jóvenes, estamos presentes en medio de ellos, educando, acompañando e instruyendo. La labor educativa es ‘estar al cuidado’. La escuela, la familia, las relaciones: todo se vuelve ‘lugar de sanación’ y de crecimiento. Somos los rostros de Cristo que ha traído la esperanza.
La alegría de la Fraternidad.
Deseosos de amar a este mundo querido por Dios, queremos vivir la fraternidad, ser testigos de esta fraternidad nueva y universal del seguimiento de Cristo. Somos hermanos de Cristo y de todo hombre, estando en especial presentes entre los niños y los jóvenes que más lo necesiten.
En las manos de la Providencia.
«Señor, no tenemos otra voluntad que cumplir la Vuestra en todo.» ¡Confianza! Se trata de abandonarse, de dejarse hacer, de despreocuparse, como un hijo con su padre, presente, bondadoso.
Confiados en las pruebas.
Disponibles para servir, tratamos de que las dudas, las pruebas y los fracasos no nos aplasten. Los lazos de la solidaridad, la ayuda mutua y la comunión ayudan a atravesar los momentos difíciles.
Enraizados en la Iglesia.
Anunciar, dar testimonio y celebrar ocupan el centro de la identidad de la Iglesia por la que Juan Mª de la Mennais quería vivir y morir. Queremos formar parte plenamente del Pueblo de Dios, unidos a tantos hombres y mujeres, al ritmo del mundo.
En la escuela de María.
Patrona de la Congregación e inspiradora de la Familia Menesiana, María es fuente de dulzura, de silencio y de paciencia. Ella es nuestra Madre y nosotros queremos ser sus Hijos.