. «¿Qué es lo que más me gusta? Sentirme Hermano Menesiano. Vivir la fraternidad junto a los niños, los profesores y las familias. Poder vivir mi consagración a Dios siguiendo a Cristo, tejiendo lazos, compartiendo mi vida con los Hermanos, escuchando, siendo compañero de vida de los chicos. Quiero ser cada día, instrumento de la misericordia de Dios.»
H. Carlos, Luján de Cuyo, Argentina.
«Ser Hermano Menesiano para mi es responder a su amor. Él me ha amado primero y yo experimento este amor cada día.»
H. Léopold, Escolasticado de Abidjan.
«El ambiente de amor fraterno que reina entre los Hermanos y que comparten en el ejercicio de su misión, en especial junto a los niños y a los jóvenes, siempre me ha llamado mucho la atención.»
H. Vilson, Jacmel, Haïti
«La alegría de ser Hermano Menesiano es lo que me ha llevado a dar mi vida y a compartirla.»
H. Eric, Bunia, Congo RDC.
«El Hermano Menesiano siente que Dios le ha confiado la tarea de compartir Su amor con todos, especialmente con los niños y jóvenes y de conducirlos a Jesús.»
H. Israël, Manila, Filipinas
«Ser un instrumento de crecimiento y de felicidad para los jóvenes, … y menos jóvenes con los que se encuentre en las cuatro estaciones de la vida. Tener una fe ciega en que Dios quiere que seamos felices.»
H. Pierre, Francia.