ESCUELA MENESIANA. 72 participantes en la Escuela internacional menesiana de formación en Argentina.

» ¡Es la escuela más internacional y más femenina que hemos tenido! » Dice el Hermano Benito, Provincial. ¡En efecto, ésta reagrupa a argentinos, uruguayos, chilenos, mexicanos y también canadienses! Desde el 16 de enero en Bialet Massé, Argentina, ha reunido a 72 participantes.

Este es el testimonio de Michèle Hétu, miembro asociado de Canadá que vino a Bialet Massé con algunos mejicanos de Huatusco:

» ¡Actualmente yo estoy en Argentina …seguramente gracias a la intervención del Espíritu y a la gran sensibilidad del Hno.  Mario Couture! La pasada semana, asistí a una formación ofrecida especialmente al cuerpo de profesores de los colegios menesianos del Cono Sur, pero que también puede aplicarse a la vida diaria de cada persona.


Éramos 72 personas asistiendo a esa formación. Un verdadero campo de pastoral, parecido a los que vivimos en nuestra juventud, y con una intensidad extraordinaria, vistos los numerosos  símbolos utilizados, gracias sobre todo a la riqueza de los corazones de las personas allí presentes. Una formación integral excepcional que nos permitió presentar muchas experiencias con la ayuda de nuestras tres instancias de relación: el cuerpo, el espíritu y el corazón …

Hoy, viernes, comenzamos la segunda formación destinada a los que han seguido la formación durante 3 años y que se convertirán eventualmente en formadores del Carisma. ¡Qué privilegio poder encontrarme con ellos, me siento como un » obrero de la última hora » que recibe un salario extraordinario sin haber trabajado todo el día! No se trata de una formación teórica, sino de una formación para desarrollar actitudes y disponer de herramientas para iluminar mejor a los demás.

El Hno. Josu (Olabarrieta) utiliza un poco su libro (Ojos abiertos a más vida) que tuve la intuición de volver a leer durante mis 20 horas de viaje hasta venir aquí! ¡Esta mañana, hemos compartido un texto de Magdalena Delbrel que yo conocía bastante bien, después hemos sido invitados a acostumbrarnos a «dejarnos nacer» y aprender a utilizar el viento del Espíritu en vez de obligarnos a remar! Los últimos 45 minutos antes de la cena, pasados en solitario sobre el terreno magnífico del Colegio, nos permitieron abrirnos a la contemplación …

¡Qué regalo! Doy gracias a Dios por haberme enviado un Viento intenso del Norte que, en pocos días, me ha lanzado literalmente del paralelo 45 Norte al 39 Sur, dónde tengo el inmenso privilegio de vivir hoy una experiencia que tengo mucha prisa de compartirla con vosotros. «