Es en el transcurso del retiro de Auray en 1820, cuando los Hermanos de la Instrucción Cristiana reciben, a la vez que su nombre y su Regla, esta divisa de DIOS SOLO, que comparten por otra parte con otras congregaciones como los Padres Montfortianos, las Hijas de la Sabiduría o las Hermanas de la Caridad.
Muy pronto, el sacerdote de la Mennais parece como fascinado por la divisa : Dios Solo. Esta fórmula le viene de sus estudios y lecturas, particularmente de Boudon y de Louis de Blois. Aparece espontáneamente en su correspondencia, como se ve en esta carta del 1 de septiembre de 1820 a su amigo Bruté de Rémur:
«¡ Dios solo ! ¡ Oh , todo lo demás no es nada …
Nada, nada ! ¡ Dios solo ! ¡ Dios solo ! «
A lo largo de toda su vida, su profunda fe se expresará con estas palabras e inspirará su acción y su compromiso al servicio de la Iglesia y del mundo, especialmente de los jóvenes :
» ¡ Seamos totalmente de Dios ! ¡ Hagamos todo por Dios !
¡ Dios solo, Dios solo !
¡ Qué ! , ¿ Dios solo no nos bastará ? «
Por tanto, es muy natural que adopte esta divisa para su congregación de Hermanos. Les invita a buscar la voluntad de Dios en todas las cosas, dando así pleno sentido a su compromiso de servicio a los niños y jóvenes.
» Atribuid todo a Dios, no hagáis nada más que mirando a la eternidad :
que éste sea, pues, vuestro único pensamiento. «
» Trabajad como si todo dependiera de vosotros.
Pero, sin embargo, no esperéis el éxito más que de Dios solo. «